Una gran diva de la escena, que ha obtenido un éxito internacional gracias a su papel de Medea, y el más prestigioso crítico de teatro del país son los protagonistas de la tragicomedia Querencia.
Ambos se encuentran, después de una larguísima y traumática separación, en la casa que compartieron mientras fueron pareja. Ella sigue representando a la gran heroína griega por los teatros más importantes del mundo y él ha abandonado la crítica teatral para dedicarse en cuerpo y alma a la taurina.
Ella ha vuelto al hogar familiar quizá con la querencia de ciertos animales y ciertas personas de volver al lugar donde han querido y han sido queridos, pero también con una pregunta que duele como una brasa candente mordiéndole los pezones. Si bien el encuentro empieza como una implacable lucha de titanes, poco a poco descubriremos sus heridas y sus monstruos: un duelo dialéctico de dos personajes llenos de la fuerza con la que enmascaran su fragilidad y sus debilidades, su incapacidad de pactar con la realidad…
En el último tercio de la obra, el encuentro en la casa de ambos con un personaje inesperado y clave en sus vidas provocará la caída de todas sus máscaras. ¿Qué misterio y qué dolor guarda el corazón humano para provocar tanto daño y llevarnos a matar a lo que más queremos?