Shellac en Zaragoza
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Shellac vuelve a Zaragoza.
Acerca de este evento
Disco-gira. Disco-gira. Disco-gira… Los mecanismos de la industria musical han creado el espejismo de que estos dos conceptos van ligados, como si el uno fuera la extensión del otro. Pero esa fórmula no funciona en el caso de Shellac. Parafraseando a Bartleby, ellos preferirían no hacerlo (así). Han editado la música que han creído conveniente (su última referencia, una recopilación de las Peel Sessions que grabaron en 1994 y 2004) y de la forma que les ha venido en gana (ya sea un directo exclusivo para el mercado japonés, o un álbum instrumental distribuido entre sus amigos). Del mismo modo, dan conciertos y se echan a la carretera solo cuando se lo pide el cuerpo, atendiendo a un único compromiso: poner cara y nombre a sus leales fans, gritar con ellos. Darles voz, en definitiva.
Sus maneras pueden parecer excéntricas, pero solo si las contemplamos desde un cristal intoxicado por el lucro a toda costa. Steve Albini (guitarra, voz), Bob Weston (bajo) y Todd Trainer (batería) formaron Shellac a principios de los noventa, cuando la vampirización del indie por parte de las grandes discográficas había llegado al colapso, y desde entonces se han dedicado a predicar con el ejemplo todo aquello que debería ser natural en una banda de rock independiente. Una guía ética y estética forjada en el underground que el trío conoció en los ochenta, convertida en composiciones afiladas a partir de un hueso melódico post-hardcore. Por eso, quienes los han visto en alguna ocasión saben que sus conciertos son una forma de resetear el contador y recordar qué es lo esencial en la música en directo: tres personas en un escenario, el espacio que media entre el ruido que generan sus instrumentos y la respiración expectante del público.