Antiguamente existía la función de los despabiladores en los salones y teatros de las cortes, se encargaban de quitar el pabilo a las velas o mejor dicho cortar el cabo de la mecha con una tijera para apagarlas y así eliminar el humo del pabilo.
Hacer que un matrimonio funcione a plenitud no es sencillo, según estadísticas 9 de cada 10 matrimonios son disfuncionales y quien suele negarlo miente, lo que confirma el refrán de que somos marineros y en el mar navegamos. No hay matrimonio que no tenga las mismas carencias mientras atraviesa situaciones parecidas.
Posiblemente de ahí surgen las preguntas ¿Por qué algunas relaciones parecen funcionar plenamente? ¿Y qué podemos hacer para evitar que el matrimonio se apague?
Para mantener la llama encendida en el matrimonio, queremos recordar algunos principios prácticos, no intentamos descubrir el agua templada, más bien hacer eco de lo que ya sabemos para lograrlo o en el caso contrario cortar el pabilo apagado para encender de nuevo la mecha.
